martes, 16 de julio de 2013

Internet en el convento

Las nuevas tecnologías se han colado en los conventos y monasterios españoles en un alarde de adaptación no exento de claroscuros


Las agustinas descalzas de Alcoy se hicieron famosas por crear su propio canal en Youtube, los cartujos del Aula Dei de Zaragoza por fabricar y distribuir productos informáticos por correo en la década de los 90, sor María Jesús Galán por ser la primera religiosa española con perfil en Facebook, y cientos de conventos y monasterios por la venta online de dulces y productos artesanales. Internet ha llegado a la casa del Señor para quedarse, aunque no sin dificultades.



Cuando el uso masivo de la informática comenzaba a despuntar, los cartujos del Aula Dei de Zaragoza se hicieron célebres por poner en marcha uno de los primeros canales de venta por correo en España. Los religiosos abandonaron la fabricación artesanal de rosarios olorosos por una actividad mucho más lucrativa: la venta por catálogo de equipos para ordenadores Apple. La idea fue del padre Carlos, fray Macintosh, un ingeniero de sistemas que un día lo dejó todo para coger los hábitos. Durante algunos años sus precios competitivos y esmerado servicio les hizo triunfar. Con internet en pañales, quizá su apuesta llegó demasiado pronto. En 2012, los últimos veintidós monjes abandonaron Zaragoza rumbo a Porta-Coeli para unificar las dos comunidades en la Cartuja valenciana.

Un convento de clausura en internet. Lo nunca visto. Fue tal el revuelo que la noticia traspasó fronteras. Las monjas agustinas descalzas del monasterio del Santo Sepulcro de Alcoy crearon en 2011 un canal propio en Youtube www.youtube.com/agustinasdescalzas para difundir testimonios de su vocación y la historia del monasterio y la orden religiosa. El número de visitas alcanzó las 20.000. Tras 400 años y "con dolor, pero con esperanza", el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, anunciaba en enero pasado que las siete religiosas abandonaban Alcoy para trasladarse al monasterio de la Purísima Concepción y Beata Inés de Benigànim por "falta de vocaciones".

Ahora que hasta el Papa tiene cuenta en Twitter (@Pontifex_es), la historia de María Jesús Galán resulta chocante. Más conocida como sor Internet, esta monja dominica comunicó en febrero de 2011 que había sido expulsada  del monasterio de Toledo en el que vivía, tras 34 años de clausura. Sor María Jesús era bien conocida por su afición a las nuevas tecnologías y sobre todo, a internet. Archivera del convento, convenció a la priora para que comprara un ordenador y el equipo necesario para digitalizar y divulgar los documentos y tesoros del monasterio. Su labor le valió una distinción del Gobierno de Castilla-La Mancha. Pero lo que le costó la expulsión fue su afición a las redes sociales. Su actividad en Facebook www.facebook.com/sorinternet no fue comprendida por sus compañeras y superiores.


Mermeladas, mantecados, tortas de vino, aceite y licores, jabones, artesanía, canastillas de bebé, regalos para bodas, libros... Internet se ha convertido en el canal perfecto para que cientos de conventos y monasterios españoles distribuyan sus productos y obtengan los ingresos necesarios para su supervivencia. Muchos de ellos se han agrupado en páginas web como declausura.com. Sus delicias a un click.

Pero el uso de las nuevas tecnologías sigue levantando suspicacias en algunas confesiones religiosas. El patriarca de la iglesia Ortodoxa Rusa ha manifestado su oposición al uso de internet en los monasterios: "Muchos monjes se comportan como unos insensatos. Por una parte, se alejan del mundo para lograr la salvación y, por otra, cogen el teléfono y acceden a internet, donde todos sabemos que hay mucho pecado y tentación".

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